Ya quedan pocos días para el «Día de la Madre» y cómo es habitual muchos de nosotros salimos a la calle o nos zambullimos en el maravilloso mundo de Internet en busca y captura de un regalo para demostrar a nuestras madres lo mucho que las queremos y agradecerles su incondicional amor.
Tengo que reconocer que cuando estaba preparando éste post, estaba recopilando una serie de productos y gadgets para la cocina (al fin y al cabo nuestro negocio está enfocado principalmente en ésta dirección), así que como madre que soy pensé ¿qué me gustaría que me regalaran para la cocina en el día de la madre? La sensación que tuve fue de rechazo y mi respuesta fue contundente: ¡NADA! Prefiero que no me regalen nada.
Es justo ese día cuando lo que a una madre más le apetece es salir de casa y disfrutar de la familia, salir a comer y si el tiempo acompaña dar una vuelta por un parque y jugar con los más peques, tiene que ser un día diferente a los demás para poder saborear realmente la esencia de ese día! Pero lo que hace realmente especial ese día es el regalo que los más pequeños y no tan pequeños hacen a sus madres.
Y aquí está la clave, el REGALO! Y no hay nada más entrañable y conmovedor que un regalo realizado con las manitas de nuestros hijos, grandes o pequeños, que hayan dedicado un rato de su tiempo para sus madres.